miércoles, 4 de agosto de 2010

Una noche en el café Berlioz











Yo he visto su cara en otra parte le dije
cuando entró en el Café Berlioz


Soy de otra dimensión contestó sonriendo
y avanzó hacia el fondo del salón


Ella finge escribir en su mesa de mármol
pero me observa de reojo


Desde mi mesa veo su cuello desnudo


Como un aerolito cruzó mi mente
el rostro de Muriel mi amante muerta


Usted es zurda le dije acercándome
Hacemos la pareja perfecta


Tomé su lápiz y escribí «te amo»
con mi mano derecha en la servilleta


Rey del lugar común respondió sin mirarme
mientras le echaba azúcar al té


Me ha clavado una estaca en el corazón
Me ha lanzado una bala de plata
Me ha ahorcado con una trenza de ajo


Volví confundido a mi mesa
con la cola de diablo entre las piernas


En este punto las sombras de los clientes
pagaron y se fueron del Café Berlioz


Váyanse espíritus les dije furioso
agitando mi paraguas chamuscado


¿Hay alguna Muriel aquí?
gritó la mesera desde el umbral


Cuando ella caminó hacia la puerta
vi que tenía una rosa en la mano


Por favor tráiganme la cuenta
que ya está por salir el sol


La lluvia penetra por los agujeros de mi memoria


Muriel Muriel
¿por qué me has abandonado?


Oscar Hahn

1 comentarios:

ydaledali dijo...

agradecr los poemas, nos permite vislumbrar tu mirada en la vida. Un abrazo